Con la rápida evolución de la tecnología e Internet la música, se ha convertido en un pilar de la vida digital. Existen miles de dispositivos capaces de reproducir, grabar, compartir, editar y producir música. Desde hace unos meses, la industria, que ha perdido millones -según sus cuentas- ha querido detener, regular y sancionar la evolución de la música a través de Internet.
Desde la creación de los primeros programas para compartir archivos y hasta la fecha, la música ha sido el pilar de la evolución tecnológica digital. Se crearon y mejoraron programas, códigos y aparatos capaces de codificar de mejor forma, editar, almacenar y procesar miles de bytes de música. La aparición y mejora de reproductores portátiles ha impulsado ese desarrollo tecnológico.
Las fiestas más grandes y pesadas del género, todas las bandas, muchos escenarios, personas de todo el mundo, comida, alcohol, hombres y mujeres de todas las edades... todo en cientos de hectáreas de diversos países. La mayor parte de los festivales se llevan a cabo en Europa y Estados Unidos, algunos más en Latinoamérica y algunos países de Oriente.
Las vacaciones de verano son el escenario ideal para juntar en uno o varios escenarios a muchas bandas. Un boleto para un fin de semana de rock y metal. En la mayoría de los eventos existen áreas para acampar, además de áreas con todos los servicios necesarios, como comida, baños, servicios de emergencias y tiendas de todo tipo.
Por regla general, y al parecer para cumplir con alguna ley de Murphy, cuando enciendo el radio encuentro pura basura, desde los locutores con poco seso hasta la música comercial más hueca y sin sentido; compuesta por el mismo beat de las demás canciones actuales, sobrecargado de auto-tune y además, el único hit de ese artista.
Probablemente el problema no sean los músicos, sino la industria en sí. Si todo suena igual, cuesta mucho, tiene mala calidad y no transmite nada, tal vez nos encontremos en una curva descendiente de la evolución del rock y el metal.
La música se ha vuelto una mercancía más en está sociedad consumidora y ha dejado de ser arte, solo es un medio para ganar dinero. No tiene los elementos artísticos, técnicos y sociales que debería.
¿ACTA? ¿SOPA? ¿PIPA? ¿DORING?¿Copyright? ¿Piratería? ¿Vigilancia? ¿Negocios? ¿Ilegalidad? ¿Censura? ¿Libertad de Expresión?
Todas estas palabras están dando la vuelta por toda la red, muchas de ellas afectan directamente a los músicos y a los amantes de la música. Desde siempre ha existido una constante lucha de parte de las industrias (musical, fílmica, editorial e informática, principalmente) contra la piratería. Sin embargo, esta lucha se ha acrecentado desde que el internet permitió el intercambio fácil y rápido de archivos. Noten que he empleado la palabra intercambio para referirme a la acción de subir y compartir un fichero (imagen, audio, vídeo, programa, documento) que alguien descargará posteriormente.
Las nuevas leyes, SOPA y ACTA, son intentos por frenar la piratería y la falsificación. Con estas leyes y todas las medidas que involucran, las industrias buscan sumar unos cuantos millones a sus cuentas. Pero... la verdadera esencia de estas leyes está en el material que se piratea, en pocas palabras, las canciones, películas, series, caricaturas, vídeos de otro tipo, imágenes, textos, libros, en fin, todo lo que tenga copyright.
